Hussein Chalayan FW 2013






Hussein Chalayan es tal vez el mayor visionario de la moda contemporánea. Más allá del increíble trabajo manual que conllevan las colecciones de las grandes casas de moda, más allá de los preciosos insumos que justifican cualquier precio, en Chalayan hay una trascendencia que lo separa de las demás propuestas.
El diseñador inglés no percibe el vestido como un objeto sino como un gesto, como un momento. El vestido es la tela y las costuras pero es también el acto de llevarlo, es altura, talla y longitud pero también es la caricia de la falda sobre unas piernas caminando. En Chalayan hay una visión del vestido como transformación humana y la prenda más que ornamento, se hace prótesis y extensión corporal. 
 

En su última colección Chalayan nos regala tres momentos de sorpresa, astutamente capturados por el formato gif y virales en páginas como Tumblr. Siempre me ha parecido que el formato gif y la moda están hechos para entenderse. En el caso de Chalayan, está claro que una fotografía inmóvil no hace justicia a la prenda, pues la prenda no es un objeto inmóvil sino una extensión del gesto humano. La prenda no está hecha para colgar inerte en el gancho sino para abrazar un cuerpo que se infla y se contrae respirando, que se para, se sienta y camina.





Es un gran detalle ver cómo empiezan a disparar los flashes de las cámaras
 en el momento en que se dan cuenta de que este no es un vestido cualquiera.


Estos vestidos de Chalayan son espacio, pues el vestido es la primera capa que habita el cuerpo, pero también son tiempo, porque nacieron para la transformación. Del violento gesto de romper el vestido viene una caída serena de las nuevas capas, una construcción ingeniosa que sabe agradecer el movimiento corporal y la gravedad.  

 

El trabajo de Chalayan necesita la pasarela y la puesta en escena para poder hacerse entender. Esta perspectiva del desfile como un espacio donde termina por concretarse la intención conceptual podría entrar en la definición del Living o Performance Art. Hace más de una década el diseñador reflexionó sobre el vestuario como espacio de habitación humana en su colección para invierno del 2000, con una escena doméstica que se convertía en moda a medida que las modelos se acercaban a los muebles y desarmaban un juego de sillas y una mesa para vestirse con ellas.




En la presentación de su colección de primavera del 2007, las modelos se detenían en medio de la pasarela y sus trajes en seda y encaje comenzaban a abrirse y cambiar de forma por causa de una hazaña tecnológica. Chalayan incorporó dispositivos electrónicos a los vestidos para mostrar cómo en el futuro podríamos llevar prendas que se mueven y transforman como si tuvieran vida propia. Organismos vivos, vestidos que no son solo en el espacio sino también en el tiempo.




4 comentarios:

  1. Me gusta mucho tu blog Diana. Como virgen en cuestiones de la moda me parece muy interesante acercarme a ella desde tu mirada :)

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  2. Esto es magia. Sorprendente. Gracias por compartir. Quiero invitarte esta vez a refrescarte con mi ultimo shooting, Dip, dip, dip, muévete a verlo. Besos y besos.

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