Sobre el Azul Klein


Monochrome bleu sans titre, Yves Klein (1960)

Viendo que este color será un aliado permanente y que constantemente aparece en las tendencias de moda, me preguntaba cuántos saben realmente el origen de su nombre. Muchos están convencidos de que tiene alguna relación con Calvin Klein (como el Rojo Valentino), pero en realidad se trata de una denominación prestada del mundo del arte.

Monochrome bleu troué par le feu (1960)



Yves Klein era un artista francés que dedicó gran parte de su carrera a la experimentación con el color, especialmente con el azul. Para Klein era importante encontrar los colores que identificaran su trabajo, especialmente porque muchas de sus piezas eran monocromías. En 1960, el artista patentó en Francia el color International Klein Blue, después de trabajar con un químico para llegar a este tono.

El artista podía exhibir una galería entera llena de cuadros iguales en un sólido Azul Klein y el público respondía sintiendo la evocación del infinito, del mar, del cielo, de la ventana abierta en cada cuadro.
Para Yves Klein, este color era la materialización de su visión del mundo y al popularizarse su obra, se estableció un vínculo directo entre el azul y el artista.

Trazos de mujeres en azul

Anthropométrie de l'époque bleue (1960)
 
Más que sus cuadros monocromáticos, son las Anthropométries de Yves Klein las que atraen mi atención. Usando mujeres desnudas bañadas en pintura azul como “pinceles vivientes”, el artista buscaba plasmar la esencia física del cuerpo en los lienzos. Los pinceles vivientes de Klein se arrojaban sobre los lienzos en el suelo y contra las paredes bajo la dirección del artista, quien buscaba distanciarse de la obra durante la ejecución.


Las manchas sobre el lienzo revelaban las siluetas femeninas, pechos, torsos y muslos, según el creador, una expresión de la energía vital humana. En este concepto existe un claro componente erótico de la desnudez acariciando el lienzo y dejando una huella. Todo esto se realizaba ante un público en la galería que observaba a estas mujeres desnudas lanzarse unas a otras en el suelo. Yves Klein veía estos pinceles vivientes como las herramientas del artista, intermediarios vivos entre creador y lienzo. 

Con música en vivo y ante la mirada de los elegantes asistentes, Klein daba instrucciones a sus modelos, quienes se embadurnaban de pintura azul y comenzaban a presionar sus cuerpos contra la pared o a rodar por el suelo.



Anthropométrie de l'epoque bleue (1960)


Anthropométrie de l'epoque bleue (1960)



Anthropométries vs. Manifesto
(un pequeño apéndice que me parece interesante)

El tema de las mujeres pinceles ha sido abordado constantemente desde una perspectiva feminista que considera la relación entre Klein y las modelos un asunto de poder y degradación. La cosificación y sexualización del cuerpo de la mujer, su dignidad, la mirada entretenida del público sobre ella, cuestiones tocadas en un análisis sobre el rol femenino en este performance art. Así pues, las Anthropométries de Klein están ligadas de alguna forma a cierta idea de la mujer objeto, la mujer como instrumento y vehículo para la creación de la belleza.





Anthropométrie de l'epoque bleue (1960)

Si quieren ver más obras de Yves Klein, pueden encontrarlas en Artsy.

El arte continúa haciendo referencia a las Anthropométries de Klein, críticas y reinterpretaciones, especialmente al método de los pinceles vivientes. En cuanto a la moda, no solo ha tomado prestado el Azul Klein para sus colecciónes, sino también el referente de las Anthropométries.


Este video es la campaña de Manifesto, el perfume de YSL. Según la marca, el perfume debe evocar feminidad, un espíritu libre y audaz. "Lo osado es un arte" es la frase de la campaña y la botella del perfume es un torso femenino. 

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE9qNoK5Og2KZmKokkVx7OMb9qElcNgHVGO90cm2OlNwgiGfOiphPLC6u_lGXS_gDx8ZouwG72vdoar9_5Hr_57TWApZfgxfGB6QA-73zEEourybvgMJ1o9nURH7Ge-4H9SHKbz0_wVVM/s1600/YSL+Manifesto+4.png

El comercial parece retratar en determinado momento a una mujer que no es objeto de nadie, que es dueña de si misma (o por lo menos de su propia obra). Sin embargo, al final hay un sabor de ambigüedad, la sensación de que esa poder femenino se deshace ante la idea del "amor" mientras Jessica Chastain le hace ojos de borrego a su contraparte masculina. 
La única vigencia del comercial está en esa referencia, oscura para muchos, a la obra de Klein y a la carga erótica de las Anthropométries. 

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